jueves, 1 de julio de 2010

Avispón gigante japonés, el masacrador de abejas

Si están pensando viajar a las montañas de Japón ¡Cuidado con el asesino de yaks! ¡El genocida de abejas! Más conocido como el avispón gigante japonés. No es chiste, este avispón no sólo es inmenso, sino que su picadura duele mucho, muchísimo. Pero no se alarmen, conozcámoslo un poco.

Su nombre científico es Vespa mandarinia, y lo pueden encontrar en el sureste de Rusia, en las dos Coreas, China, Taiwán, Indochina, Nepal, India, pero donde es más común es en las zonas montañosas de Japón.

Se lo conoce con muchos nombres, cabeza de tigre, avispón mata yaks, avispón gigante asiático, y en Japón le dicen abeja gorrión.
Suele medir unos seis centímetros de largo, con una amplitud de alas de nueve centímetros. Las reinas pueden ser un poco más grandes
Tiene una cabeza grande y naranja, con una mandíbula grande de color naranja con dientes negros.
Lo más característico, no es sólo su tamaño, sino el largo aguijón que tiene, más la terrible picadura que es capaz de dar. Tiene un veneno potente, que en personas alérgicas puede llegar a producir la muerte, pero en personas comunes también puede llegar a ser letal si la dosis es muy grande.


En Japón mueren entre 20 y 40 personas al año por picaduras del avispón gigante. Un entomólogo japonés describió la picadura como “si te introdujeran un clavo caliente”.
Algo extraño es que en el veneno del avispón gigante hay ocho químicos diferentes, algunos de los cuales dañan el tejido, otros causan dolor, y uno de ellos crea un olor que atrae a más avispones.

Pero no se asusten, que a los avispones gigantes les suele gustar más atacar a las abejas mieleras comunes. Pueden llegar a atacarlas en grupo, y se ha visto a avispones gigantes matar hasta 40 abejas por minuto con sus terribles mandíbulas con las que decapitan a las abejas. Unos pocos avispones pueden llegar a destruir una colmena de 30 mil abejas en apenas unas horas.
¿Para qué semejante masacre que deja tantas abejas decapitadas? Para comerse la miel y las larvas de las abejas, que a su vez también se las llevan para alimentar a sus propias larvas. También atacan a las mantis, y a otras abejas y avispas de menor tamaño.


No pueden digerir proteínas sólidas, así que no se comen a sus presas, sino que las mastican hasta convertirlas en una pasta que sí puede alimentar a las larvas. Las larvas producen luego un líquido claro que los adultos pueden consumir.

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